Como ya hemos dicho anteriormente, no pretendemos hacer los mismo para cada persona e intentamos que en nuestra casa cada abuelo se siente como en la suya.
Somos consciente que no a todo el mundo le gusta la iglesia o rezar, pero también tenemos muy en cuenta a las personas que le gustan.
Muchos de nuestros abuelos son creyentes y le gusta rezar e iban a misa cuando eran más autónomos.
Es por ello, que instalamos nuestra pequeña capilla para todo aquel/aquella que desea acercarse y pasar su tiempo ahí.
El párroco nos visita en las fiestas más señaladas para dar la misa y comulgar para todo aquel que lo desee.